La seguridad del Clásico sigue dando quebraderos de cabeza tanto a los Mossos d’Esquadra como a la Policía Nacional. Garantizar el orden se ha convertido en el objetivo prioritario y para ello se ha previsto un dispositivo de más de 800 agentes infiltrados de paisano durante la disputa del duelo en el Camp Nou.
Los agentes de la ley se situarán en las primeras filas del recinto culé con la misión de evitar una invasión de campo, el mayor anhelo de los independentistas para difundir su mensaje. La seguridad corre a cargo del Barcelona y de la Liga, pero contarán con este refuerzo especial para la delicada ocasión.
La coordinación entre Mossos d’Esquadra y Policía Nacional alcanzan niveles de excelencia y trabajarán de la mano para tratar que el mayor enfrentamiento futbolístico del planeta se pueda disputar con la mayor normalidad posible, algo que ahora mismo está en el aire.
El Tsunami separatista ha programado una serie de actos y eventos con el objetivo de impedir de todas las maneras posibles que el partido se juegue con normalidad. Sin embargo, las fuerzas de seguridad trabajarán a destajo durante las 12 horas que estará el Real Madrid en la Ciudad Condal.
Desde que los hombres de Zidane aterricen en el aeropuerto del Prat sobre las 12:00 horas del miércoles se vivirán los momentos más calientes de la jornada. El doble desplazamiento que tendrá que hacer el equipo (del aeropuerto al hotel y de allí al Camp Nou) preocupa. La seguridad de los blancos dentro del hotel Sofía, que está a menos de un kilómetro del estadio del Barcelona, también es uno de los puntos marcados en rojo. Pero sin duda, lo que más temen los Mossos en estos momentos es la mencionada invasión de campo durante la disputa del encuentro.
El Real Madrid se encuentra a la espera de acontecimientos. La versión oficial del club es que se toman este encuentro “como un partido más”, aunque la preocupación existe y el malestar por verse involucrado en una guerra que no va con ellos es notable. Por otro lado, el Barcelona, a través de Bartomeu, su presidente, asegura que «hacer un acto reivindicativo de forma pacífica, serena y cívica es compatible con un partido de fútbol”.